El miedo es el peor enemigo

De las consolas de juegos disponibles en los años 80, dos eran las más populares: Atari, conocida por todos. También había Intellivision, un poco más oscura, pero con un buen grupo de seguidores. En casa teníamos la segunda. Era una gran plataforma de entretenimiento con gráficos muy avanzados para su época. Parecería que lo que digo no tiene nada que ver con que el miedo es el peor enemigo, pero nada puede estar más lejos de la verdad.

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La consola de juegos en cuestión. Espero que traiga buenos recuerdos a los nostálgicos de aquellas épocas.
Un día jugaba yo mientras mi hermana me veía. Mi desempeño en el juego no era el óptimo. No tomaba los riesgos necesarios para poder ganar y pasar al siguiente nivel. En ese momento mi hermana dijo algo que marcó una gran huella para el resto de mi vida: “el mundo es de los aventados”. En ese momento tomé el riesgo que debía tomar. La verdad no estoy seguro cuál fue el resultado en el juego. Tal vez perdí, pero eso no es lo importante. Lo importante es que ese día aprendí una gran lección con repercusiones positivas para el resto de mi vida.

El miedo es el peor enemigo

¿Pero qué tiene que ver el tomar riesgos en un juego de video primitivo con el miedo? La respuesta que no me arriesgaba por miedo a perder, lo cual me lleva a una conclusión muy profunda: tenemos miedo a algo tan insignificante como perder en un videojuego. Ese tipo de miedo desgraciadamente lo llevamos a casi todos los aspectos de nuestras vidas,  la mayoría de las veces a cosas insignificantes.

El miedo nos limita. En casos en que la supervivencia es necesaria, el miedo es necesario, pero en la mayoría de los casos solo aparece por inseguridad, porque desconocemos las consecuencias que pueden tener nuestras decisiones y al final preferimos quedarnos en nuestra área de confort.

Hay casos en los que tomar riesgos no es factible, sobre todo cuando arriesgarnos puede tener consecuencias irreversibles, pero en la mayoría de los casos, tomar riesgos nos puede llevar a mejorar muchos aspectos de nuestra vida, y aún así preferimos que las cosas se queden tal como están.

Entender el riesgo, eliminar el miedo

Tomar riesgos no tiene nada que ver con tomar decisiones tontas. El riesgo tiene que ser algo bien calculado. Así, en el momento en que tomemos una decisión, estaremos conscientes de las consecuencias, tanto buenas como malas, que pueda tener tal decisión.

Antes de aventurarnos a lo desconocido tenemos que hacer un análisis de riesgo: ¿lo que estoy pensando puede tener consecuencias funestas? ¿puede tener consecuencias positivas? ¿Cuál es la posibilidad de que si me sale mal el daño sea irreversible? ¿Qué sería lo peor que puede pasar, y cuáles serían los beneficios?

dinosaurio
La mayoría de las cosas no son tan terribles como parecen

Si hacemos un buen análisis lo más probable es que la conclusión será que las consecuencias no son tan negativas como creíamos, o por lo menos no nos afectarán tanto como parece. Al final de cuentas ni siquiera me acuerdo si gané o perdí en aquel videojuego.

Si hacemos un examen de conciencia sobre algunas decisiones que hemos tomado en la vida, la conclusión seguramente será, en la mayoría de los casos, que de las cosas que nos salieron mal salimos prácticamente ilesos y con un aprendizaje muy valioso.

Qué propones, entonces

Existen varios tipos de miedo, pero casi todos tienen que ver con enfrentarnos a lo desconocido. Nos da terror saber qué pasaría si perdiéramos el trabajo, si algún negocio nos saliera mal, si reprobáramos un examen, si nos fuera mal en los deportes y muchas otras cosas.

Eso es normal. El problema es que algunas veces tomamos, o más bien no tomamos decisiones ni riesgos basándonos solo en esos miedos. Lo que deberíamos de hacer en cambio, es un análisis de las posibles consecuencias de nuestras acciones. Basados en ese análisis, podemos entonces decidir si vale la pena la toma de esa decisión.

monstruo enlatado
Propongo encerrar en una lata a los monstruos que no nos dejan en paz

Una buena solución es tener un plan B, y C y D, etc. Por ejemplo: si tengo miedo de perder mi trabajo, ¿qué estoy haciendo? ¿vivir con terror constantemente, imaginando el terrible momento, o tengo un plan para ejecutar en cuando me vea en esa terrible situación? En ese caso un buen plan B es tener una forma de recibir ingresos pasivos, tener unas finanzas sanas (por ejemplo un fondo de emergencia), un lugar donde vivir, y una vida frugal y sencilla. También sería bueno adquirir conocimientos en algo que no esté relacionado con nuestra profesión y que nos pudiera dar un ingreso monetario mientras nuestra situación laboral se estabiliza nuevamente.

El frío mundo de las estadísticas

La realidad es que, tan solo por existir,  nos van a suceder muchas cosas buenas y muchas cosas malas. También va a haber unos cuantos sucesos excepcionalmente buenos y unos cuantos excepcionalmente terribles. Esto es nada más por el hecho de estar expuestos a los elementos durante nuestra vida.

Una vez entendiendo esa lógica, hay dos reglas sencillas que podemos seguir para hacernos las cosas más llevaderas:

  • Estar preparados para enfrentar terribles sucesos que nos mande la vida: queramos o no, cuando nos pasa algo muy malo debemos hacer todo lo posible por levantarnos y seguir. No estoy diciendo que sea fácil, pero es un hecho. Si nos preparamos para los terribles eventos, los vamos a poder enfrentar mejor. El no vivir constantemente con miedo a esos eventos es un comienzo.
  • Estar preparados, también, para las cosas excepcionalmente buenas: así le vamos a sacar el máximo provecho para el mejoramiento de nuestras vidas y las de los que están a nuestro alrededor.  Esto se logra, claro, tomando riesgos calculados. De otra manera,  dejaríamos pasar las grandes oportunidades , y esas se cuentan con los dedos de una mano.

En cuanto a los pequeños eventos, con una actitud positiva, sacaremos provecho de las buenas oportunidades. Con los pequeños fracasos, en cambio, aprenderemos lecciones útiles. En resumen, el beneficio de los resultados positivos y el aprendizaje de los negativos cambiarán nuestras vidas para bien, dejándonos en mejor posición para enfrentar con valentía las grandes calamidades.

Valentía. Esa es la palabra

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A enfrentarlo con valentía. Al final nada malo va a pasar

Y no me refiero a ser bravucones. No. La valentía es muy diferente. La valentía sale de hacer una análisis de nuestras decisiones, de entender las consecuencias de nuestras acciones, de tener un plan alternativo en caso de que algo salga mal, y de saber con certeza que si las cosas no salen como esperábamos, vamos a aprender un montón en el proceso.

Propongo ser valientes y al mismo tiempo ser conscientes, tomar riesgos calculados y saber lo que nos espera tanto si las cosas salen bien o si salen mal.

10 ideas: “Cómo combatir el miedo”

Como lo mencioné en mi artículo anterior, mi propósito de este año es escribir 10 ideas diarias. Hace dos días el tema de mi lluvia de ideas fue el miedo y qué podemos hacer para combatirlo. Transcribo las ideas, un poco más elaboradas:

  1. Dividir los eventos: lo que está bajo nuestro control y lo que no. Lo que no está bajo nuestro control, olvidarlo. Nada hay que podamos hacer. No tiene caso tener miedo. Concentrarnos, eso sí, en lo que está bajo nuestro control.
  2. Crear un Plan B en caso de que las cosas no salgan como esperamos, así tendremos menos miedo.
  3. Imaginar las posibilidades gratificantes si las cosas nos salen bien.
  4. Si las consecuencias de lo que nos da miedo no son graves, ni pensar en ellas.
  5. Pensar cómo mejorar las cosas si no salen como esperábamos.
  6. No tomar riesgos innecesarios. Somos valientes pero no tontos.
  7. Si el miedo es económico, hacernos de fuentes de ingresos alternativas.
  8. Si tenemos miedo a enfermedades, tener una vida lo más sana posible, cuidarnos. Así, si llega algo que no esperábamos, ya no quedó en nosotros
  9. Estar preparados mentalmente para el momento en que nos pase algo malo.
  10. Ser valientes y vivir sin miedo. Prepararnos para lo malo y vivir felices con lo bueno. Ser optimistas.

Conclusión

Haciendo memoria de la mayoría de los eventos en los que parecía que no había salida, ahora me río de mis preocupaciones del momento. Además, soy ahora más fuerte y más inteligente por las lecciones que aprendí a lo largo de esos momentos difíciles.

Si analizamos nuestro pasado, adquirimos la habilidad de reírnos de nosotros mismos, de nuestros miedos e inseguridades. Aprendemos de nuestras experiencias pasadas. Y si no nos exponemos a tener esas experiencias, no aprenderemos. Hay que ver el futuro sin miedo y con gran seguridad en nosotros mismos.

A Michael Jordan se le atribuye una frase muy popular. En ella menciona fracasos y fallas durante su carrera como jugador de baloncesto. Si se hubiera puesto a pensar antes de cada juego en todas las posibilidades si algo salía mal (en corto: si hubiera tenido miedo),  ni siquiera estaría escribiendo sobre él en este momento.

Con la mentalidad correcta el miedo es controlable. Entendiendo las consecuencias de nuestras acciones y decisiones, será más fácil navegar en la vida con tranquilidad y seguridad. Esto tendrá consecuencias muy positivas que se van a ir acumulando y creciendo como una bola de nieve.

Al fin y al cabo el mundo es de los aventados, ¿no?

18 respuestas a “
El miedo es el peor enemigo

  1. Me gustó mucho tu artículo.
    Muy buenos puntos. Muy específicos .
    Desgraciadamente no siempre estamos preparados para él, pero si ponemos en práctica esos puntos que mencionas, se facilita.
    Muchas veces las cosas no son tan malas como creemos y reflexionando un poco podremos salir del miedo más fácil dando una solución sencilla.

      1. Me encanto el artículo, es un tema que a todos nos hace humanos, el mismísimo miedo, miedo a lo desconocido, al futuro, a la vida… y me encanto tu enfoque, como no podemos controlar nada afuera entonces controla tu interior: tu mente, confía en ti mismo, actitud positiva y fuerza interna para resolver responsablemente los efectos producidos por las acciones (riesgos tomados) previos q nos llevan a ganar porque si son positivos los resultados dimos pasos a nuevos terrenos = aprendizaje si son negativos los resultados y caemos = aprendizajes SIEMPRE GANAMOS!!!
        Muchas gracias Ale por compartirnos tus experiencias e ides!!! Bellísimo tema!!! Abrazos a la familia!!!

  2. Felicitaciones: conciso, profundo, muy bien escrito. Nos llevas a que reflexionemos sobre el tema. No hay nada tan perjudicial como el miedo que nos paraliza. Excelentes ilustraciones y hay que felicitar también a tu hermana por el consejo que te dio hace muchos años.

  3. Excelente tema, excelente desarrollo y enfoque, y grax por la nostalgia del juego que también fué el que teníamos en casa je, saludos!!

  4. Me gusto el tema. El miedo paraliza, pero una vez que lo cruzas te das cuenta que no era tan grande y te sientes satisfecho de haberte atrevido. Ademas he aprendido que lo que no mata, fortalece. Muy bien Ale.

  5. Hola Alex. Qué bien escribes…en hora buena. El tema es relevante y en estos días me ha caído como anillo al dedo. Gracias y saludos a la familia.

  6. Es cierto lo que dices. Por el simple hecho de existir, estamos expuestos a que nos pasen cosas malas. Es humano tener miedo. Pero si dejamos que el miedo nos domine, nosotros solitos estamos destruyendo todas nuestras posibilidades.
    Muy buenas las ilustraciones. ¡Y gracias por los recuerdos ochenteros!

    1. Gracias, Laura!

      Sí. El miedo es necesario en muchos casos para la supervivencia, pero cuando dejamos que se ponga en el camino de otros aspectos es cuando resulta contraproducente y nos paraliza

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