Echando a perder se aprende

Con entusiasmo saqué la computadora portátil * de su caja. Sorpresa: incluía estuche. Segunda sorpresa: era más delgada de lo que pensaba. La conecté. Sin pensarlo, inserté un dispositivo USB con el sistema operativo de mi preferencia (basado, por supuesto, en el núcleo de Linux). Con gran habilidad completé los pasos para la instalación. Arranqué entusiasmado mi nuevo sistema en la flamante máquina. Resultado: luces multicolores parpadeando y una pantalla negra. Echando a perder se aprende.

Para que el amable lector entienda la gravedad del asunto, debo regresar en el tiempo al momento de la instalación:

“¿Desea usar todo el espacio del disco duro?”

“Sí.”

“¿Está seguro de que quiere formatear su disco duro?”

“Sí. ”

lápiz sin punta
Una excelente herramienta para experimentar, aunque funciona mejor con punta.

El sistema Windows que estaba instalado de fábrica desapareció para dar lugar al sistema de mi preferencia. Ahora tenía una computadora nueva, lo último de lo último, que no arrancaba. Siempre hay una solución.

Consulté foros de Internet como es mi costumbre en estos casos. Seguramente alguien más había pasado por lo mismo. Confirmado: mucha gente había tenido el mismo problema. Pero esta vez había algo que no me gustó: nadie le encontró solución. Esa computadora en particular era incompatible con los controladores ** de Linux. Era el orgulloso propietario del ladrillo más caro de mi vida.

Errores vs. aciertos

En la vida he tenido muchos aciertos. Estoy orgulloso de ellos. Me han dado gran satisfacción. No me imagino qué habría pasado si las cosas hubieran salido de otro modo. El solo pensarlo me causa una gran incomodidad. No me cabe en la cabeza el dolor y la frustración si no se hubieran cumplido de manera tan magistral. Me han dado una gran seguridad en mí mismo. Gracias a ellos he sido el destinatario de elogios y felicitaciones.

En la vida he cometido muchos errores. Me han causado frustración. He deseado haber hecho las cosas de otra manera. Me he arrepentido de intentar. He llegado a dudar de mis capacidades. ¿Por qué otros tienen tanta facilidad en algo que a mí me parece imposible? Ahora toca el clásico “Te lo advertí.” Mejor no lo hubiera intentado.

Los dos párrafos anteriores, en superficie, significan que el éxito es bueno y el fracaso es malo. Sin embargo, buscando con más esfuerzo, encontraremos un mensaje importante:

  • Celebrar el éxito trae un peligro de estancamiento. Es fácil permanecer en la zona de confort y conformarse con el pensamiento de haber hecho las cosas de manera correcta. Pensar en la posibilidad del fracaso causa incomodidad. Da miedo pensar en resultados diferentes y no satisfactorios. Los elogios de los demás se vuelven importantes.
  • El duelo producido por el fracaso trae consigo una fase de análisis. Se buscan las causas del resultado negativo. Lleva a un escrutinio, punto por punto, de todo el proceso. Esto ayuda a detectar errores y omisiones. Lo más importante es que hace buscar una manera de intentarlo en el futuro sin caer en las mismos fallas. En resumen: echando a perder se aprende.

Sacarle provecho a los fracasos

guitarra con cuerda rota
Estoy convencido de que algún día seré capaz de crear música sin romper las cuerdas de la guitarra

Cuando dejamos que la realidad de lo sucedido se asiente, todo se ve todo de otra manera. Nos volvemos analíticos y regresa el entusiasmo. A fin de cuentas, si no hubo consecuencias irreversibles, aparecen oportunidades de hacerlo de otra manera y con más experiencia.

Al llegar la nueva oportunidad, es posible que salga todo bien, pero no perfecto. También es posible que salga mal, aunque no del todo. La vida no es en blanco y negro. Seguramente habrá aciertos y también errores.

Así se inicia un proceso en el que cada intento es mejor que el anterior. La información de los errores pasados alimenta cada uno de los nuevos intentos. Todo se ve más claro y las opciones salen a la superficie:

  1. Seguir intentando y fracasando hasta que todo empieza a salir bien tras un proceso de mejora. Echando a perder se aprende.
  2. El nuevo intento sale bien, pero todavía hay espacio para mejorar. Si no es posible, es hora de pasar al siguiente fracaso porque ya no hay nada más que hacer.
  3. Dejar temporalmente el proyecto. Usar esta pausa para adquirir los conocimientos necesarios para su correcta ejecución.
  4. Darse por vencido. En ocasiones es necesario admitir el fracaso y dejar de perder tiempo. Aún así el proceso ha dejado lecciones muy valiosas. Los retos futuros se enfrentarán con más experiencia y madurez.

¿Esto se hace siempre?

Por supuesto que no. Algunas veces se cuenta con una sola oportunidad y no hay margen de error. Si se trata algo de vida o muerte, hay que proceder con cautela y con una actitud algo pesimista. En este caso se deben establecer procedimientos bien comprobados y establecidos. No es posible decir:

‘Inténtalo de nuevo, que echando a perder se aprende.’

circuitos eléctricos
En el caso de instalaciones eléctricas favor de no seguir mis consejos y apagar el interruptor.

No todo está perdido gracias a nuestras amigas las simulaciones. Existen túneles de viento, pruebas de estrés e impacto, experimentos de laboratorio y otros procedimientos que ayudan a encontrar un límite. De esta manera se pueden cometer errores y aprender de ellos sin peligro.

Otra opción es no ir al todo por el todo. Por ejemplo, si estoy aprendiendo a invertir, es necesario ensuciarme las manos con dinero real en diversos niveles de riesgo. Por supuesto no pondré todo lo que tengo sino un pequeño porcentaje. Así no me quedaré triste sin casa, sin familia y sin amigos. Pero sí sabré lo que es el dolor de las pérdidas y aprenderé de mis errores.

Lo anterior es posible en muchos aspectos de la vida, como por ejemplo a la búsqueda de trabajo: la mejor forma de encontrar un trabajo es cuando contamos con uno. Si nos exponemos a muchas entrevistas, algunas serán exitosas y otras no. Desde la comodidad de nuestra situación podremos analizar nuestro desempeño para hacerlo cada vez mejor.

Echando a perder se aprende

Es común en mí dejarme llevar por inseguridades innecesarias. Algunas veces los familiares y amigos, con la mejor intención del mundo, dan todas las razones por las que mis locos proyectos fracasarán estrepitosamente.

Y la mayoría de las veces tienen razón, pero no importa. Después de recoger mis piezas y de recibir los esperados comentarios, es tiempo de hacer un análisis. Lo increíble es que las piezas recogidas vienen acompañadas de muchísima información positiva. En ese momento cuando me doy cuenta de que aprendí.

He hablado antes de frases que paralizan. Hay una que no paraliza y que no cabe en dicho artículo: “Echando a perder se aprende.” Ha habido malos ratos y momentos en los que estoy a punto de tirar la toalla. Al final encuentro una pequeña luz que ilumina en la oscuridad. Y si no aparece, de todos modos aprenderé en el proceso, tal vez en un tema completamente ajeno a lo intentado.

Conclusión

Quiero compartir unas reglas simples que resumen la filosofía de “echando a perder se aprende”:

  1. Debemos equivocarnos más: no tener miedo a los errores. Dejar a un lado la inseguridad.
  2. Analizar nuestras fallas e implementar los resultados en el siguiente punto:
  3. Si no se ha echado a perder, seguir intentando. Sin miedo.
  4. Olvidar lo que otros piensan . Si al Universo no le importa, a mí tampoco.
  5. Aprender de los fracasos, no lamentarlos.

El lema de este blog es: “Si no se ha descompuesto, sigue intentando”. Traducción: “Echando a perder se aprende.” Admito que prometí mucha experimentación y parece haber algo más de filosofía. Las apariencias engañan. Los temas que he tratado han sido resultado del aprendizaje que siguió después de muchos intentos, malas experiencias y de malos hábitos en mi vida.

laptop
Al final todo salió bien y aprendí en el proceso (Nótese el estuche gratuito en el fondo).

. . . Los foros que anunciaban la transformación de mi computadora portátil en un caro ladrillo estaban muy equivocados. Tras varios intentos logré arrancarla con éxito y con los controladores correctos. Ha sido mi fiel compañera desde 2012 y todo le funciona al 100%. Gracias a la eficiencia del software de código abierto lo seguirá siendo por muchos años más..

Notas

* A los amables lectores que se encuentran del otro lado del Charco: favor de intercambiar libremente el término “Computadora” por “Ordenador.”

** También conocidos por su nombre en inglés: “drivers”

7 respuestas a “
Echando a perder se aprende

  1. Buena reflexiones sobre el intento a realizar tareas y sueños , adelante , que si esos intentos nos traen motivaciones a vivir nuestras vida será bueno , aunque echando a perder aprenderemos. Saludos

  2. Qué buenas reflexiones…Lo difícil es aceptar los fracasos pero sí hay que intentar superarlos sin quejas ni lloriqueos.

  3. Éste es uno de los mejores artículos de tu blog, te felicito.
    Resultan muy útiles los casos y las reflexiones. Me pareció muy bueno el caso de la computadora y el suspenso de saber si sería o no un ladrillo caro, hasta que se desveló el resultado final.

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