Saber escribir es solo cosa de práctica

Quería convencerme de que era una respuesta más en Quora *. Pero sabía que esta vez era diferente. Fue difícil porque estaba respondiendo una pregunta agresiva. Un ataque directo contra mi amada profesión. Por ello, tenía que escribir de manera elegante e inteligente. Luchaba contra mi propia indignación. Hay que saber escribir para poder salir airoso de algo así.

Al terminar, di clic. Tenía experiencia. Llevaba más de doscientas respuestas. A pesar de esto, no era un escritor muy popular en dicho sitio. Más bien oscuro y técnico, con algunos fieles seguidores dentro de un nicho especializado. Pero esta vez tenía la sensación de haber escrito algo especial. No me entusiasmé demasiado. Ya había sentido antes lo mismo, con pobres resultados.

Era tarde. Había dedicado aproximadamente una hora y media a escribir, editar, re-editar, corregir errores. Buscaba un resultado correcto pero óptimo. Bien escrito pero natural. Temía que fuera demasiado sintético.

Terminado mi berrinche en línea solo quedaba esperar la reacción de la gente. Que no fue muy diferente esta vez. Pocas visitas y menos votos. Fui a la cama desanimado. Se repetiría la historia, me supuse. . .

Antecedentes de un escritor aficionado

Desde tiempos inmemoriales he deseado saber escribir. Sin embargo, hasta hace poco no lo había tomado en serio. Escribía algo que me parecía interesante y no le daba más importancia. Pensaba que solo era cosa de plasmar algo en un papel.

Con esa mentalidad escribí algunos cuentos policíacos durante mi adolescencia. Tal vez no eran tan malos porque el profesor de Español se quedó con uno de ellos.

Hay huecos de décadas entre aquellos intentos y el día de hoy. Los tapé en algunas ocasiones con cuentos cortos y pensamientos. No practiqué mucho en esos años. Pero hubo algo que no dejé. Esto me ayudó a saber escribir, a pesar de la falta de práctica:

Leer, leer y leer

A pesar de no haber hecho gran cosa para saber escribir correctamente, algo pasó. Nunca dejé un importante hábito: la lectura. En ocasiones leí muy poco. Otras veces devoré auténticos ladrillos en unos días. Mi eterna desidia nunca atacó este gran placer de mi vida.

Leer y escribir van de la mano. Los amantes de la lectura tienen buena ortografía. Su gramática está bien estructurada, su dicción es correcta. Sin duda, saber escribir es, en ocasiones, el resultado de disfrutar de un buen libro. Si va acompañado de un café, mejor.

Por importante que sea el hábito de la lectura, hay que ensuciarse las manos para saber escribir. La solución es muy sencilla: agarrar una pluma y un pedazo de papel.

Saber escribir es solo cosa de práctica

No importa si es la lista del mandado. O una carta de amor. Si lo anterior es muy cursi para el amable lector, se puede escribir una misiva agradeciendo a un maestro. Si no nos sentimos particularmente amables en el momento, no hay problema. Una queja escrita al banco o al servicio de cable puede calmarnos. En la noche, ante la terrible soledad, un diario íntimo puede ser la solución.

Independientemente de la decisión, el proceso debe de ser el mismo: bien escrito, con buena ortografía y puntuación correcta; sin repetir, pero sin que falte información; que el punto a tratar sea entendible y a la vez conciso.

Cumplir con los puntos anteriores es el comienzo. Como el 70%, creo. La repetición lleva a la perfección. Habrá errores, por supuesto. Pero serán bienvenidos. Echando a perder se aprende. Trabajar duro en notas y escritos cotidianos puede ser el camino a una obra maestra.

Las diez recomendaciones de Alejandro…

Alejandro Dumas murió en 1870, desgraciadamente. Por ello las recomendaciones de hoy vienen de otro Alejandro. Llevo casi dos años escribiendo todos los días. Nada especial: diez ideas, respuestas de Quora y el blog semanal. Hay también un libro electrónico en el futuro. Lo anterior me ha ayudado también a expresarme con más facilidad.

Saber escribir es solo el principio. A continuación, diez consejos de Alejandro… Merediz para perfeccionar la escritura.

1.- Escribe lo que salga de tu cabeza.

El primer paso para aprender a escribir es plasmar ideas, como salgan. Si te paras a pensar cómo hacerlo mejor, se te escapará lo más valioso. Los artículos del blog son al principio (espero) un grupo de palabras sin sentido pero con una buena base.

2.- No aburras a tus lectores.

Hay que saber a quién le escribes. Si es un tratado de física cuántica, hay que hacerlo con científicos en mente. Un blog es diferente. Entiendo que los lectores tienen mil cosas en la cabeza. Sé que su tiempo es valioso. Por ello pongo un límite al tamaño del artículo. Además, trato de ser entretenido.

3.- Dale forma a la plasta.

En el primer punto teníamos una masa desordenada y sin sentido. Es hora de darle estructura. Hay que encontrar las palabras adecuadas a lo que queremos expresar. Esto se hace editando el texto original.

4.- Corrige errores ortográficos y gramaticales.

Me considero una persona con excelente ortografía. Sin embargo, no siempre escribo correctamente. Los errores de dedo son mi especialidad. Lo peor fue hace dos semanas. Escribí el artículo desde mi teléfono. Por alguna razón, este tiene la costumbre de escribir malas palabras. El la computadora personal, el corrector ortográfico es una gran herramienta.

5.- Elimina palabras innecesarias.

Inicialmente escribí como punto número 5: “Elimina las palabras que no son necesarias”. Un gran cambio entre lo original y lo publicado. Este paso da elegancia al texto. Solo hay que tener cuidado de no alterar la idea original. Aquí también se deben de aniquilar (o cambiar) palabras repetidas.

6.- Repite el punto anterior.

Todavía hay mucho que eliminar. Mientras más veces repitas este paso, mejor. Sin embargo, debes de buscar un equilibrio entre el esfuerzo y la simplicidad. Hay que saber escribir correctamente, pero sin complicaciones innecesarias.

7.- Ofrece referencias.

Si escribes en línea, ofrece enlaces internos y externos. Esto ayuda a mantener un tamaño decente del artículo. Al mismo tiempo se le da al lector la oportunidad de investigar más si lo desea. Esto se hace de acuerdo al contenido. En un tratado científico, por ejemplo, hay que ofrecer referencias serias y no páginas de Wikipedia.

8.- Lee nuevamente tu obra.

Lo escrito tiene forma. Está casi perfecto. Se da la información necesaria con el número adecuado de palabras. Pero no hemos terminado.  Hay que leer todo de nuevo. En el caso de este blog, este paso me alivia: un artículo que parecía horroroso no está tan mal.

9.- Repite el punto número 5.

Después del paso anterior encontrarás más puntos por mejorar. Si no he sido claro: escribir bien es pasar más tiempo eliminando que creando. El artículo de hoy se redujo de casi 2,000 palabras a solo 1512 gracias a este proceso. Al finalizar este punto casi se llega a la perfección.

10.- Recibe la crítica con los brazos abiertos.

Para terminar, es hora de recibir a la crítica. Se debe de esperar con ansias. Siempre es necesario que alguien te haga ver tus errores. No tiene caso escribir algo que no les guste a los lectores. Este blog, después de su publicación, pasa por dos correctores de estilo: primero mi mamá, luego mi papá.

También es bienvenida la retroalimentación vía comentarios, correos electrónicos y mensajes privados. Estos me han hecho ver las reacciones ante entregas tardías (más de una), artículos demasiado cortos, falta de historias o relatos inconclusos. Esto es de gran ayuda para perfeccionar la escritura.

Conclusión

Saber escribir es el resultado de la práctica. Si comparo mis últimos artículos (o respuestas de Quora) con los primeros, la diferencia es abismal. Sé que en unos años este artículo me parecerá primitivo y mal escrito. Esto querrá decir que he evolucionado.

Me falta mucho para tener un estilo agradable, conciso, entretenido y de contenido relevante. Por lo pronto, seguiré escribiendo. Aunque sea la lista del mandado, lo haré como se debe.

. . . Lo primero que hice al día siguiente fue ver la reacción a mi respuesta. Tuvo algunas visitas y votos durante la noche pero no lo que esperaba. De repente se volvió “viral”. Dediqué el resto del día a ver cómo llegaban los votos y a contestar decenas de comentarios.

Confieso que la repentina popularidad me incomodó. Me sacó de mi zona de confort. Fue una lección de humildad. En un momento me sentí el centro del universo. Poco después vi de nuevo la realidad.

Al día siguiente regresó todo a la normalidad. Nadie se acordaba de mí. Seguí escribiendo mis respuestas usuales, llenas de términos técnicos que me dan unos cuantos votos. Pero ese día dejé de ser un escritor oscuro.

Nota

* Quora es un sitio de preguntas y respuestas. Es la única red social que me gusta. Mis respuestas son técnicas, pero trato de que sean fáciles de entender y entretenidas. Además, soy un “escritor destacado” (top writer) de ese sitio. Para su escritura uso las técnicas descritas en este artículo.