Estaba acostado. Mi corazón latía con rapidez. El mundo se me venía encima. De repente las sencillas tareas del día siguiente se veían como obstáculos insuperables. Sobre mi hombro izquierdo, un diablito decía: “No lo vas a lograr”. Del otro lado había un angelito. Me dijo: “no te preocupes sin necesidad”. ¿A quién hacerle caso?

Antes de ir a la cama había tomado mucha agua. Me levanté al baño. Vi un reloj que está enfrente de la cama: eran las tres de la mañana. Los ojos se me cerraban de sueño. Una buena señal: me quedaban tres horas más de sueño. Dormiría sin problema. Pero sucedió algo inesperado.
En los pies sentí un pequeño golpe. Era Nieve subiendo a la cama. Caminó hacia a mí y muy a su felino estilo empezó a ronronear. Después me enterraba las uñas en el brazo izquierdo. Me protegí con la cobija y la empecé a acariciar. No tardó en aburrirse y poco después se bajó.
Y yo me quedé ahí, con los ojos abiertos. De repente empecé a pensar en las obligaciones que venían en los días próximos. En la oscuridad de la noche todo parecía imposible. Los retos se veían insuperables. Estaba consciente de la importancia de dormir para enfrentar el día descansado. Pero no podía. . ..
Grandes problemas
Es fácil decirte que no te preocupes sin necesidad. Lo difícil es convencerte de que tus problemas no son tan graves como crees. La mayoría son en realidad preocupaciones inútiles e innecesarias. Es importante conocer la diferencia. Este sencillo paso mejora la calidad de vida.
Las preocupaciones crecen en la mente. Se convierten en bolas de nieve. Nos consumen. Terminamos atrapados adentro de ellas, ahogándonos. Nos quitan el sueño mientras buscamos soluciones complejas sin ninguna necesidad.
Esto nos distrae de los problemas reales. Buscamos soluciones donde no las hay. Al mismo tiempo damos prioridades incorrectas. Los fantasmas de nuestra imaginación crecen. Dejamos ir las oportunidades verdaderas.

Soluciones sencillas
La buena noticia es que hay una frase que soluciona lo anterior: “no te preocupes sin necesidad”. La mayoría de nuestros problemas son inexistentes. No tiene caso perder nuestro tiempo en ellos.
A veces lo mejor es tener una actitud desinteresada ante ciertas situaciones. Hay que estar tranquilos. Es importante guardar el estrés para los momentos necesarios, cuando el Universo nos muestra su indiferencia.
Hay que distinguir entre los problemas verdaderos y las preocupaciones innecesarias. Esto nos da las armas necesarias para enfrentar, luchar y solucionar las situaciones verdaderamente críticas.
Definir prioridades
En la vida enfrentamos tres tipos de problemas:
- Reales: requieren de toda nuestra concentración. Hay que enfrentarlos con imaginación y creatividad.
- Imaginarios: nos quitan el sueño a las tres de la mañana. Se trata en realidad de pequeños retos de fácil solución.
- Fuera de control: aparecen día a día en noticieros y periódicos. Simplemente hay que olvidarlos.
No te preocupes sin necesidad. No tiene caso. Nuestro tiempo es muy limitado. Si los resultados del futbol, las políticas de los políticos, los pequeños mandados del día siguiente o el examen que viene te quitan el sueño, tómalo con calma. Haz un análisis y define su prioridad. Seguramente te darás cuenta de que es muy baja.

No te preocupes sin necesidad
Existen los problemas y también las preocupaciones. Ambos son diferentes. Desgraciadamente esta diferencia puede ser muy sutil. La mente nos hace ver situaciones fáciles como complicadas. Tenemos que tranquilizarnos y analizar.
El siguiente método ayuda a definir prioridades:
- Escribir los 25 “problemas” más importantes del momento.
- Acomodar la lista por orden de importancia.
- Tomar un marcador negro permanente.
- Tachar los 20 últimos puntos dejándolos sumergidos abajo de la tinta, ilegibles.
- Leer con calma los cinco que quedaron ya que estos son los más importantes.
- Definir una estrategia para solucionarlos.
Conclusión
Entender la diferencia entre los problemas y las preocupaciones es un buen comienzo. Una vez entendido esto, hay que definir los reales y los imaginarios. Después es necesario hacer a un lado las situaciones que están fuera de control.

Entonces es hora de enfrentar los verdaderos problemas con valentía y entereza. Con una mente clara la solución será sencilla. Nunca estaremos libres de problemas. Pero es completamente posible llevar una vida tranquila y sin preocupaciones innecesarias.
. . . Seguí con mis pensamientos hasta que sonó la alarma. Me levanté y fui al baño. Tal vez bajo el agua de la regadera vería todo desde una perspectiva diferente.
Así fue. Todo empezó a tomar forma. Los pensamientos que había tenido durante la madrugada se empezaron a disipar. Mis preocupaciones, antes terribles, parecían ahora absurdas.
Una hora después salí a enfrentar al mundo. Cumplí, uno tras otro, con todos los pendientes que horas antes me quitaron el sueño. Ya no se veían tan difíciles De hecho, los estaba disfrutando.
Al final del día fui a la cama satisfecho. Hice un recuento de mis actividades. Todo había salido casi perfecto. Entendí que no había necesidad de preocuparme como lo había hecho. De repente mi mente se empezó a nublar. Llegó esa etapa de adormecimiento, cuando que se confunden la realidad y los sueños. Dormí como un bebé.
Muy buen consejo el de separar las preocupaciones innecesarias de los problemas reales y tapar aquéllas con tinta espesa.
Por otro lado, las políticas de los políticos de ahora nos llenan de verdadera angustia y nos sacan canas verdes, por lo menos en mi ciudad. Felicitaciones.
Aún así considero que las políticas de los políticos no las podemos controlar. Nos queda nada más trabajar con lo que podemos y evitar las angustias.
¡Gracias!
Difícil pero necesario: preocuparse por lo verdaderamente importante para enfrentarlo y desechar tanta preocupación por cosas intrascendentes de fácil solución. Buenísimas las fotos, muy apropiadas para el tema. Te felicito.
De esta manera crece la oportunidad para concentrarnos en los problemas más urgentes.
¡Gracias!
Me gustó mucho el método para definir prioridades. Sobre todo la parte del marcador, negro y permanente.
Muy buenas las fotos.
El marcador ayuda a enterrar lo que no necesitamos. Cada semana rasco mi imaginación para encontrar fotos aceptables, tomadas por mí con mi teléfono celular.
¡Gracias!