La importancia de tener prioridades

Recuerdo la escena como si fuera hoy. Estaba sentado en la cabecera de la mesa de la cocina. La luz de la mañana entraba por la ventana y calentaba mi espalda. A mi derecha estaba Laura, mi hermana. Era sábado casi a mediodía y disfrutábamos de  la sobremesa de un desayuno tardío. Frente a nosotros había dos tazas con café instantáneo. “Peccato!“. Afortunadamente mis gustos en la materia han cambiado. La conversación dio giros interesantes como era costumbre. En un momento hablamos sobre la importancia de tener prioridades.

Manzana verde y chocolate
Obviamente el chocolate es lo más importante en el mundo.

Era joven e inexperto. Hacía poco había iniciado los estudios que me llevarían a la profesión que ejerzo hasta hoy. El sueño de mi infancia estaba próximo a ser realidad. Pero también estaba estresado. Sentía que cualquier detalle podría poner fin al proceso. Se trataba de lo más importante de mi vida.

Laura no estaba de acuerdo con esto último. “El trabajo es un medio, no un fin”, me dijo. Mi opinión era diferente. Algo que me había costado tanto esfuerzo tenía que ser un fin, no un medio. Quería vivir para trabajar. Ella pensaba diferente: hay que trabajar para vivir.

No pudo convencerme. Me había puesto mis prioridades y punto. Mi vida estaría completa cuando completara mis estudios y se cumpliera mi sueño. Sería feliz. Me llenaría de satisfacciones y lo demás era secundario. . .

El extraño cerebro del ser humano

Por extrañas razones los seres humanos nos comportamos de manera ilógica. Sabemos perfectamente la diferencia entre lo que nos beneficia y lo que nos afecta. No tenemos problema para entender la importancia de tener prioridades. Somos expertos en detectar los errores de otros. Los aconsejamos y hasta los criticamos.

Cuando se trata de nosotros, sin embargo, no entendemos la importancia de tener prioridades. Actuamos con la misma irracionalidad que los que reciben nuestras críticas. Cometemos los mismos errores. Ignoramos los riesgos a los que nuestras acciones nos exponen y el peligro en que ponemos a otros.

No hay que darse golpes de pecho. Sucede siempre y nos pasa a todos. A pesar de ser conscientes del problema seguimos cayendo en los mismos errores día con día. Sabemos perfectamente la importancia de tener prioridades pero aún así no actuamos de manera correcta.

Un ejemplo

Hace días manejaba tranquilamente en una vía rápida. Rebasé a alguien y me cambié al carril de alta velocidad. Sé que ese carril es solo para rebasar, pero me quedé ahí, distraído. De repente vi por el espejo retrovisor una camioneta que se aproximaba a mí a toda velocidad echándome las luces altas.

Cinturón de seguridad
Hay que entender la importancia de tener prioridades. Y la seguridad es lo primero.

Apenas me cambié de carril y pasó silbando a mi izquierda, muy cerca de mi auto. “Tiene prisa. Algo importante, seguramente”, pensé. Segundos después me encontraba en el carril del medio tratando de rebasar a lo que parecía una carroza jalada por burros. Regresé entonces al carril de alta velocidad.

Pero mi amigo, al que parecía que se le acababa la vida segundos atrás, cambió de parecer. Ahora manejaba como tortuga y yo estaba atrás de él. Me sentí agredido. Seguro que lo hacía para molestar. En ese momento vi algo brillante. Su teléfono. Estaba mandando un mensaje de texto. Definitivamente no entendía de prioridades.

Debido al “efecto superconfianzasobrestimamos nuestras habilidades. Pensamos que nada nos puede pasar. Esto hace que pongamos las prioridades de manera desordenada donde no deben de ir.

Alejandro el egoísta

El aviso de seguridad a los pasajeros en los aviones dice: “Póngase la mascarilla primero y después ayude a otros”. ¿Por qué? Solo podemos ayudar a los demás si tenemos oxígeno que respirar. Si estamos bien, podemos hacer que otros también lo estén.

Lo anterior me da pretexto para para  justificar el comportamiento egoísta que muchas veces exhibo:

  • Si gozo de buena salud estaré fuerte para ayudar a otros.
  • Con finanzas personales sólidas gozo de más libertad para llevar a cabo proyectos que pueden beneficiar a otros.
  • Mi seguridad significa seguridad para mi familia.
  • Si estoy de buen humor mejoran mis relaciones con los demás. Cuando ando desvelado nadie me aguanta.
  • No mandar mensajes de texto mientras manejo reduce dramáticamente la probabilidad de sufrir un accidente. Esto también protege a los ocupantes de mi auto y de otros.
  • Pensar positivamente contagia a mi familia.
  • Actuar de manera poco convencional ayuda a solucionar problemas complejos y colectivos.
  • Compartir aquí inseguridades, miedos y problemas con sus posibles soluciones puede servir a alguien.
  • Cuando soy optimista puedo dar ánimos a otros.
  • Tener una vida simple me da tiempo libre para pasar un buen rato con la gente importante de mi vida.

Así, de manera egoísta, asumo una posición prioritaria. Me pongo la mascarilla primero. Pero lo hago con la esperanza de que alguien se beneficie de mi bienestar.

Cruce de autos
Los que están en la avenida tienen prioridad.

La importancia de tener prioridades

Todos los días cometemos errores por no entender la importancia de tener prioridades claras. En la mayoría de los casos son insignificantes pero no siempre es así. Las consecuencias pueden llegar a ser nefastas.

En ocasiones gente con poder toma decisiones que afectan a millones de personas. Tal vez lo hacen con buena intención pero al no entender qué es más importante ponen vidas en juego. Si entendieran la importancia de tener prioridades podrían mejorar la calidad de vida de muchos.

Los que no tenemos bajo el hombro tanta responsabilidad debemos de ser más analíticos. No es necesario convertir nuestra vida en un laboratorio científico. Pararnos a pensar las posibles consecuencias de nuestras acciones y no actuar de manera impulsiva es un buen comienzo.

Conclusión

Hay que entender la importancia de tener prioridades adecuadas. Esto facilita nuestra vida y evita riesgos innecesarios. El resultado es positivo. Si actuamos de manera más consciente no solo nos beneficiamos a nosotros. También a los demás.

Un mal consejo: sé un poco egoísta. Si tú estás bien podrás ayudar a los que te rodean. Así es como te necesitan. Hablo de un egoísmo mesurado. No se trata de ser narcisista. Así no ayudarás a nadie.

Estacionamiento de silla de ruedas.
Hay prioridades obvias.

¿Qué es más importante? ¿Avisar que vamos tarde, o no llegar? El teléfono inteligente puede esperar.

. . . Es fácil saber quién cuenta con más sabiduría. Mi hermana tenía razón. Afortunadamente no tardé mucho en entender la importancia de tener prioridades. Disfruto de mi trabajo pero hay mil cosas con mayor prioridad: la familia, los amigos y los momentos que se quedan por siempre en la memoria.

Actualmente, al terminar mi trabajo, me desconecto. Trabajo para mejorar mi vida. No vivo para trabajar. En lo profesional mis prioridades están bien establecidas. Todavía faltan muchos aspectos de mi vida en los que hay que poner orden. Tomará toda una vida pero no me daré por vencido.

Nota

Este es el artículo número 100 del blog. No sé cómo, pero al final sale la inspiración.

12 respuestas a “
La importancia de tener prioridades

  1. Excelente articulo Alejandro. Me habló mucho a mi en lo personal. Hay muchas areas en mi que debo reorganizar. Mi papa asi lo decia:”hay que trabajar para vivir y no vivir para trabajar”.

  2. está bien lo que planteás…en un universo donde las escalas de valores dejan de existir…como tradicionalmente las conocimos…

  3. Muy buen artículo. Hace poco tuve una experiencia parecida en el periférico: adelante iba un coche a paso de tortuga. Pensé que estaba descompuesto pero no: la señora que lo manejaba estaba usando su celular mientras circulaba por el carril de alta velocidad. Esa señora no entiende nada de prioridades y expone a mucha gente a sufrir un grave accidente.

    Tenía razón tu hermana. Qué bonito recuerdo a pesar del café soluble jeje.

  4. Felicitaciones por este artículo y por que es el número cien. Ojalá recibamos muchos más. En cuanto a prioridades, para mí lo espiritual es mi primera prioridad, después vienen las demás, atadas a mi vida de todos los días.

  5. Es cierto que no podemos ayudar a nadie si no nos ayudamos primero a nosotros mismos. Estar bien es el mejor regalo que podemos dar a los que nos quieren.
    Gracias por el recuerdo de aquellas sobremesas.
    ¡Y felicidades por los 100 artículos!
    Que siga la inspiración.

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