Un fin de semana todo pagado en el bello puerto de Acapulco debería de ser atractivo para cualquiera. Para Alejandro el introvertido no lo era en esa ocasión. ¿Por qué? Soy enemigo de las aglomeraciones. Mi estancia en aquella ciudad sería en plena Semana Santa. Pero una bella vista desde el lado positivo me haría la existencia más fácil, sin duda. Ya que estaba en esas tenía que disfrutar y aprovechar el momento.