Un verano lleno de pendientes

Un verano lleno de pendientes

Cuando era niño, cada año, tenía una meta muy clara y simple: el último día de clases. No era un mal estudiante, pero la academia nunca fue mi actividad favorita. Eso no quiere decir que no había algunos sentimientos encontrados. Iba a extrañar a algunos de mis amigos. Pero también se veía en el horizonte un verano de emociones, juego y diversión.

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