A un emprendedor con imaginación se le ocurrió algo nuevo: vender monedas. ¿Es buena idea ese tipo de negocio? Nuestro pequeño héroe no lo sabía. Pero valía la pena experimentar. Y lo hizo. Tomó las monedas peruanas que su padre le había traído de un viaje y se decidió a iniciar aquella arriesgada empresa. Le daba miedo que fracasara el negocio. Sin embargo se dio cuenta de que no intentarlo era, en sí, un fracaso.