A las piernas les costaba trabajo mantener la velocidad seleccionada. Pero el que de verdad luchaba era mi corazón. Con cada latido daba la impresión de que se me iba a salir, cayendo al suelo, mientras latía ante el estupor de los presentes. Hoy, poco más de tres años después, estoy entrenando para una media maratón. Si me lo hubieran dicho aquel día no lo hubiera creído.
De cero a corredor en 11 semanas
Mi relación con el ejercicio
Durante casi toda mi vida la relación que habíamos tenido el ejercicio y yo había sido, por decirlo suavemente, un poco lejana.
Hubo períodos muy largos de prácticamente cero ejercicio, seguidos por períodos de actividad. Después de mucho entusiasmo, felicidad y alegría, pasaba algo “externo” que me daba el pretexto para regresar a otra época de letargo.