Creo que fue durante unas vacaciones de verano. O tal vez un día feriado. El caso es que no había clases. Mi amigo Juan Manuel* y yo estábamos sentados frente al monitor con letras verdes sobre un fondo negro. Escribíamos un programa en el lenguaje BASIC. Era, con mucho, el programa más largo que habíamos escrito. La culminación de todo lo que habíamos aprendido leyendo y copiando ejemplos de libros y revistas de programación. Corría el año 1987. Buena época para una buena introducción a las confesiones de un ochentero.