Estamos a un día del regreso a clases. Lo sé. Es raro que empiecen el miércoles pero así es este año. Son lejanos los tiempos en que escribí sobre los pendientes del verano. Hoy, más de dos meses después, hago un recuento de las vacaciones escolares, en estos momentos moribundas. El reporte llevará menos tiempo de lo esperado. Sigan leyendo, por favor. No se desanimen.
Perdonarse a uno mismo vale la pena
Es difícil ser fuerte ante las tentaciones. Sobre todo cuando se está de vacaciones. Si la visita es a la tierra que me vio nacer es más complejo. En esa situación me encontraba yo. Sentado, frente a la comida más rica del mundo, la debilidad de carácter se apoderó de mí. Cómo perdonarse a uno mismo cuando se rompen hábitos por los que se libran épicas batallas día con día.
Vivir en la rutina y su posible solución
Las vacaciones tienen muchas ventajas. Algunas de ellas resultan obvias. Por ejemplo, la oportunidad de relajarse. Además es una ocasión para conocer lugares nuevos e inexplorados. Sin embargo, no todo es alegría. Al menos no para alguien como yo, acostumbrado a vivir en la rutina. Ofrezco una pequeña y sencilla historia para explicarme con más claridad.
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El tiempo es oro: hay que aprovecharlo
Ayer desperté antes que el resto de la familia. El tiempo es oro, y ese pequeño período antes del bullicio matutino me da una pequeña ventaja que aprovecho para planear el día. Tomé un recibo de cafetería. Al reverso, escribí los pasos a seguir para enfrentar una emergencia que surgió la semana pasada y que no había atacado con la debida prontitud.
Ejercicio mental, alimento del cerebro
Era una partida de ajedrez muy cerrada. Hubo movimientos magistrales por ambos lados. Todo un ejercicio mental. También hubo errores imperdonables. Estos fueron hábilmente aprovechados por los jugadores. En cada jugada se apoderaba en él la duda. Solo quedaba esperar la respuesta de su adversario. Su corazón se aceleraba y sus manos sudaban. Lógicamente, lo que seguía era un ataque agresivo e inteligente.
Cómo enfrentar los grandes proyectos
Hoy, 23 de enero, la temporada navideña es cosa del pasado. El árbol de Navidad quedó meticulosamente empacado en bolsas de plástico y está, por los siguientes 11 meses, en un ático lleno de polvo cuyas funciones son: albergar la cisterna y el tinaco y darle un lugar donde pasar el tiempo cuando no está en uso. A pesar de ser un tema fuera de época, este árbol constituye un buen ejemplo de cómo enfrentar los grandes proyectos. Por ello, comparto el siguiente relato:
Pensando más allá de la norma
En la familia ha habido modas pasajeras. Una de ellas es el armado de rompecabezas en equipo. Me gustó mientras duró porque se crea un ambiente positivo. Cada pequeño triunfo, como encontrar una pieza, se celebraba con la frase “me cubrí de gloria”. Resultaba muy alentado cuando se encontraban partes muy difíciles como agua o cielo, esas se resuelven pensando más allá de lo acostumbrado.
Saber escuchar vs. hablar y hablar
Ser parte de un grupo grande no ayudaba. Todos hablábamos y nos interrumpíamos constantemente. Cada quién quería dejar en claro su punto de vista, yo incluido. Era la situación ideal para sentirme incómodo, pero tenía razón. Todos creíamos tener la información correcta. A pesar de ser consciente de la importancia de saber escuchar, mi participación no era la ideal.
Querer es un buen comienzo
Hace años, después de grandes esfuerzos, conseguí lo que era el trabajo de mis sueños. De esta manera se cumplían deseos que tuve desde niño. Tras el largo y exhaustivo proceso de selección, mis energías estaban muy bajas. Pero recibí una buena noticia: había sido exitoso. Al final se habían cumplido mis deseos de mucho tiempo Me dije a mí mismo que querer es poder.
El jet lag y cómo contrarrestarlo
Concluía un viaje de aventuras y visitas a recuerdos del pasado. El valiente viajero se sentaba cómodamente en el avión que lo regresaría a su lugar de residencia: 14 horas y media nada más. Después de eso, estaría otra vez instalado en la habitual rutina. Solo un obstáculo se interponía entre su objetivo y la realidad: el jet lag.