Escribir un blog, toda una experiencia

Desde hace ya años jugaba con la idea de escribir un blog. Como muchas cosas en mi vida, era más bien un proyecto inalcanzable que servía más bien para hacerme sentir bien. Cerraba los ojos pensando en todas las visitas que tendría. Eso me ayudaba a dormir tranquilo. Pero un buen día, hace un año y tres días, hice la desidia a un lado, puse manos a la obra y publiqué el primer artículo. Desde entonces no he mirado para atrás.

Debo confesar que al principio estaba escéptico. No esperaba mucha respuesta. Con timidez, apreté el botón de “Publicar”. Anuncié al mundo que tenía un blog y me salí a caminar. Cuando regresé me encontré con una reacción inmediata e inesperada. Mi pronóstico era erróneo. Me di cuenta de que mucha gente que realmente quiero y aprecio reaccionó de manera positiva a mis primeros pasos como bloguero.

Esto generó en mí una especie de adicción. Inicialmente dije que escribiría cuando se me antojara. Al ver una reacción tan motivadora, me propuse escribir cada martes. Eso he hecho desde hace ya un año y es lo que pienso seguir haciendo.

Para celebrar el primer aniversario, quiero compartir las primeras impresiones de alguien que de la nada se puso a escribir un blog. . .

El aprendizaje

Ni en mis sueños más locos hubiera pensado que escribir un blog sería una experiencia tan completa. No me ha dado más que resultados positivos. Además de que me ha sido posible compartir muchas de las cosas que pasan por mi cabeza, ha sido una gran lección en mi vida.

Cada artículo es un paso en la dirección correcta para aprender a escribir. Mi estilo no es el mejor, pero siento que ha madurado con los meses. He notado la diferencia. Mi correctora semanal también lo ha notado, aunque dudo de la objetividad de su opinión *.  El objetivo del blog es que todo está en constante experimentación. Por ello pienso seguir con el proceso de mejora.

Hace casi ocho años inicié un negocio de hospedaje en línea que todavía está en operación. En ese entonces hice un sitio web, sin tener mucha idea de lo que pasaba. Aprendí de la experiencia y eso me ha servido para que la administración de este blog sea más llevadera. Aún así, he aprendido muchas cosas nuevas en este año.

Sin embargo, la mejor lección que he aprendido es la disciplina. Darme tiempo cada martes para escribir, buscar un tema, tomar fotos, y hacerlo independientemente de mi estado de ánimo ha sido invaluable. A veces parece imposible pero al final sale algo. En algunos casos ha sido interesante y entretenido para compartir. Es como un ejercicio para fortalecer el músculo de la mente.

Beneficios para el autor

La satisfacción de escribir un blog ha superado las expectativas. Los beneficios han sido muchos:

1. Disciplina. Lo dije hace dos párrafos y lo repito. Confieso que algunas veces no se me ocurren temas para escribir. Otras me da flojera. Pero haberme puesto la meta de escribir cada martes ** ha creado un buen hábito.
2. Poner en orden mis ideas. A veces tengo el concepto de lo que me puede ayudar a mejorar, pero falta algo. Ponerlo por escrito crea una especie de compromiso para llevarlo a cabo.
3. Me ha desinhibido. He compartido algunas historias de diferentes etapas de mi vida. La verdad, algunas deberían de darme algo de pena. Sin embargo, contarlas me ha dado satisfacción.

¿Y qué hay del lector?

El objetivo principal de escribir un blog es y será siempre el lector. Comparto mis proyectos, experiencias y experimentos con la idea de que a alguien le sean de utilidad. También espero que se lea con gusto y entretenimiento.

Por supuesto, me gustaría haber causado al menos un pequeño impacto en alguien. Si una sola persona se puso zapatos para ir a correr; o sus finanzas mejoraron aunque sea en un peso; si alguien sacó un libro empolvado; si salió alguna sonrisa de alguien. Cualquier cosa positiva, me daré por bien servido.

En resumen: si no hubiera lectores, esto no tendría ningún sentido. Me emociono cada vez que leo un comentario al final de los artículos o en las redes sociales. Cuando me entero de que alguien compartió alguna de las entradas hay una pequeña celebración interna. Esas son las verdaderas razones para escribir. Gracias.

La gran experiencia de escribir un blog

Hay millones de blogs en el mundo. ¿Para qué escribir otro? Porque puedo. Y porque quiero. Sé que esto es solo un grano de arena en medio de un inmenso desierto. La competencia es enorme, pero no me importa. Cada minuto que he invertido en esto ha valido la pena. Con que una persona lea esto, mis objetivos estarán cumplidos y seguiré escribiendo cada semana.

¿Recomendaría a otros hacer su propio blog? Sí. Vale la pena. Leer y escribir con constancia son un gran ejercicio mental. Ambos ayudan a la fluidez del habla y a aprender a expresarse cada vez mejor. Leer es muy fácil. Solo hay que tomar un libro. Escribir, no tanto. Por ello, un blog es un buen pretexto.

La entrada de hoy es la número 54. Hace un año, un número así de artículos era cosa de fantasía. Sin embargo, han salido los temas y aquí estoy listo para seguir y reportarme de nuevo en el segundo aniversario.

Conclusión

Escribir un blog es una actividad que me ha llenado mucho. Parece que fue ayer, pero un año después sigo aquí buscando constantemente temas de interés. El objetivo es que alguien disfrute la lectura tanto como yo he disfrutado la escritura semanal.

Ahora, a pensar en el tema de la semana que viene. Me quebraré el coco, pasarán los días y aumentará mi angustia. Finalmente, cuando parezca que todo está perdido, fluirán las palabras y quedará lista la publicación. Espero que sea interesante y entretenida.

. . . No he mirado para atrás y no me arrepiento en lo más mínimo. Cada palabra que he escrito me ha llenado de satisfacción. Lo único que queda preguntarme es: ¿Cómo no lo empecé antes? Feliz cumpleaños, alejandromerediz.com. Y gracias a todos por su apoyo.

Notas

* ¿Por qué dudo de su objetividad? Porque es mi mamá y yo soy su hijito. Tiene un radar que detecta faltas de ortografía, gramática, redacción y palabras repetidas. Cada martes me las hace ver y yo las corrijo.

** Lo sé. A veces sale el artículo tarde (como hoy), pero siempre en martes.