El conflicto entre la visión y la realidad

Había una vez una actividad que adoraba y aborrecía por igual: lavar el auto familiar. Por un lado echaba a perder mi domingo de ocio. Pero había, por el otro, dos extrañas razones que me hacían disfrutarlo: un pequeño beneficio financiero y un viaje imaginario al futuro. No solo eso. El día de hoy, me ayuda a entender el conflicto entre la visión y la realidad.

Guerrero listo para la batalla
Hay que luchar constantemente para poder cumplir con la visión que nos hemos puesto.

Lavar el coche por fuera no era mi actividad favorita pero no me molestaba tanto. Pero el interior era un suplicio. Además tenía un jefe que no aceptaba nada menos que perfección absoluta, algo imposible para mí. Entonces, de mala gana y trapo en mano, me sentaba del lado del conductor. En ese momento empezaba la magia.

Tomaba el volante con las dos manos. Apretaba el embrague y ponía la palanca de velocidades en primera. Así empezaba un viaje imaginario al futuro. Cerraba los ojos y de repente era adulto. Manejaba a alta velocidad por calles perfectas. Transitaba, feliz, disfrutando de cada momento.

Mientras conducía a un trabajo imaginario, movía el duro volante a la derecha y a la izquierda. Cambiaba velocidades con maestría: segunda, tercera, cuarta. Cada vez iba más rápido. Entonces el conflicto entre la visión y la realidad surgía. Me volvía a ver con un trapo en la mano. Se me acababa el domingo y el tablero seguía sucio. . .

El gran visionario

En el pasado pensaba que los grandes logros de la humanidad eran obra de la gran visión de una sola persona. Pensaba que los líderes eran inteligentes y visionarios. Ellos ponían en marcha y posteriormente seguían, al pie de la letra, un plan específico y predeterminado.

Los demás eran solo piezas de ajedrez dedicados a dar forma a la visión proveniente de una mente superior. No había obstáculos gracias a la planeación magistral. Todo salía como estaba estipulado. Solo eran necesarios los poderes infalibles de una persona.

Por un lado los admiraba. Por el otro los envidiaba. Pensaba que los visionarios nacen, no se hacen. Y yo no contaba con esa bendición. Tal vez mi destino era solo ser un peón en un gran tablero de ajedrez, tomando parte en un gran juego en el que participaba pero que no entendía.

Hola. Bienvenido a la realidad

Tenía que aprender algo de estos individuos. Decidí leer sus biografías y algunos de los libros escritos por ellos. Algo bueno saldría de ahí, seguramente. Tal vez, después de todo, no era imposible volverme un visionario.

Esta decisión cambió por completo mi perspectiva, pero no como esperaba. Llegué a la conclusión de que la visión se consigue con práctica y está a la mano de todos. Los grandes líderes son sumamente inteligentes, sin duda. Pero no son muy diferentes a los demás ni tienen poderes sobrenaturales.

Lentes para leer.
De vez en cuando es necesario usar instrumentos adecuados para tener una visión más clara de lo que queremos.

Llegué a algunas conclusiones interesantes:

  • En la historia de la humanidad nada se ha logrado gracias a una persona.
  • Los pocos que se llevan el crédito enfrentan invariablemente el conflicto entre la visión y la realidad.
  • Todos somos visionarios pero a algunos nos cuesta trabajo darnos cuenta.
  • Siempre hay problemas que nos dificultan ejecutar nuestra visión.
  • Las ideas no valen nada por sí solas.
  • Todos los miembros de un equipo son igual de importantes.

Hay para todos

Para resolver el conflicto entre la visión y la realidad no hay recetas a seguir. Es necesario improvisar para sortear los problemas que van apareciendo. Lo que hace diferentes a algunas personas es su capacidad de modificar esa visión sobre la marcha.

La buena noticia es que cualquiera puede aprenderlo. Hay que entender que nada se logra sin ayuda de otros y sin adaptarnos a las inevitables eventualidades. Cuando lo logramos, hemos recorrido gran parte del camino. No hay magia, solo evolución.

Y no solo los ejecutivos, líderes de gobierno o estrellas de rock se benefician de esto. Cualquiera que entienda el conflicto entre la visión y la realidad puede ponerlo en práctica en la vida cotidiana. Los beneficios saldrán a la vista casi de inmediato.

Fórmula mágica

Cuando leo preguntas y respuestas en Quora me doy cuenta de que mucha gente relaciona el éxito con los hábitos equivocados. Si el presidente de tal compañía se levanta a las cuatro de la mañana, sigue una dieta vegana, tiene un perro café y viste del mismo color todos los días, esa debe de ser la base de sus logros.

Copiar los buenos hábitos de otros sin duda es excelente pero cada cabeza es un mundo. Lo que en algunos funciona, en otros no. Hay gente que parece araña fumigada cuando madruga pero a las dos de la mañana está en el tope de su creatividad.

La fórmula a seguir es que no hay fórmula a seguir. Tenemos que adoptar lo que funciona en nosotros y desechar lo que no. Los buenos hábitos son indispensables. Solo hay que adquirir los que nos ayuden a llegar a lograr nuestras metas.

Telescopio.
Al establecer una visión clara de lo que queremos, el cielo es el límite, literalmente.

El conflicto entre la visión y la realidad

No importa si queremos ser líderes, buenos hijos, trabajadores modelo, escritores de blogs, o lo que sea. La inteligencia, el estatus social, la nacionalidad o el lugar de nacimiento no son impedimentos. Todos podemos ser unos grandes visionarios

Dicho lo anterior, hay que reconocer que hay gente que tiene mejores oportunidades que otros. Esto no es razón para pensar que no podemos lograr nada. Cada quién libra su lucha de manera individual con el objetivo de mejorar y de lograr nuestras metas, sean las que sean. No hay que compararse con otros.

Una buena visión es uno de dos ingredientes. La realidad se interpondrá en el camino de manera inevitable. Los planes siempre encontrarán infinidad de obstáculos. Sortearlos requiere también de gran habilidad y fortaleza mental.

Al grano, por favor

Debemos de crear una visión a largo plazo. Para que funcione es necesario que cambie paralelamente con las condiciones del momento. Mientras más flexibles seamos menos trabajo nos va a costar. A veces hay que pensar afuera de la norma y salir de nuestra comodidad habitual para cumplirla.

Entonces, cuando la dura realidad haga su aparición, no nos hará ni cosquillas. Está fuera de nuestro control pero hay que aprender a adaptarnos. El futuro nunca será como lo imaginamos pero una visión de lo que queremos y esperamos ayuda a mantenernos en el camino.

El conflicto entre la visión y la realidad da forma al futuro. Cuántas veces no nos hemos reído de nosotros mismos cuando damos un vistazo a nuestro pasado. No podemos creer nuestra inmadurez. Pero todo es parte de un proceso constante.

Conclusión

Para lograr nuestras metas con éxito hay dos ingredientes. El primero es la visión, que se obtiene con objetivos claros. El segundo, la realidad, se interpone en el camino de manera inevitable. Hay que ser inteligentes y flexibles para adaptarse a los cambios que nos impone.

El conflicto entre la visión y la realidad. Pollo asustado
El conflicto entre la visión y la realidad es inevitable. Es necesario enfrentarlo sin miedo.

Sería excelente hacer realidad nuestra visión sin obstáculos pero esto no es posible. Hay que evolucionar y adaptarse constantemente. Un plan B ayuda a resolver las eventualidades. Los errores son también inevitables. Hay que aceptarlos y aprender de ellos mediante un proceso de mejora constante.

La visión no debe de tener límites. Esos llegarán solos gracias a su eterna compañera, la realidad.

. . . Cuidado con lo que quieres porque tarde o temprano lo tendrás. Mi visión se hizo realidad. Ahora manejo casi todos los días. Lo disfruto cuando las condiciones son óptimas pero en la mayoría de los casos no lo son. Soñaba con obtener mi licencia y ahora disfruto cuando estoy libre de tráfico y estrés.

Algo he logrado, al menos. Después de varios años decidí delegar el lavado de mi auto a otros. De esta manera puedo hacer mejor uso de mi tiempo para seguir soñando y poder realizar mi visión del futuro.

10 respuestas a “
El conflicto entre la visión y la realidad

  1. Muy buena exposición sobre la visión y la realidad. Quién te iba a decir que, cuando soñabas con manejar un coche, iba a llegar un día en que preferirías que Uber te reemplazara al volante jeje. Te felicito por tu constancia y la claridad de tus conceptos.

  2. Muy interesante reflexión… creo que conozco a los nuevos a los que les ha sido delegado el lavado de autos jajajaja….

    La vida es un ciclo, no cabe duda. Al final de cuentas, creo que no podríamos enfrentar la realidad sin soñar un poco y tener objetivos que, de inicio, arrancan con un sueño.

    Saludos!

  3. Pero nunca hay que perder la visión. Porque el problema surge cuando la realidad, el día a día, nos absorbe y descuidamos nuestros objetivos a futuro.
    Entonces corremos el riesgo de quedarnos con el trapo en el volante.
    Excelente artículo.

  4. Quien iba a decir tu sueño por manejar un auto y mira pues el avión, que ahora manejas, muy interesante. Felicidades

  5. Pues sí, sí hay visionarios que creen ser superpoderosos, que no necesitan de nadie, que son superiores a todos y que todo lo que hacen es perfecto. Son los políticos, je je. De todas partes, de todas las épocas. Para ellos sólo existe la visión, nunca la realidad.
    Excelente artículo y ,uy buenas fotos. Felicitaciones.

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