Pequeños pasos, resultados sorprendentes

Niño Alejandro Merediz, lo busca su mamá en la entrada“. El mismo mensaje se había repetido varias veces en los altavoces del patio de la escuela. Yo, como siempre distraído, no lo había escuchado. Era mi primer día en la escuela primaria y todo era nuevo. No sabía que ese día era el primero de múltiples pequeños pasos que me llevarían durante años a través del sistema educativo. Tampoco se me había ocurrido que ya habían pasado a recogerme.

Minutos después estaba, muy contento, en el auto. El primer día de clases había sido increíble. De seguir siendo así, mi relación con la academia sería muy buena y muy productiva. Feliz, platicaba mis experiencias ante la mirada escéptica de mis hermanos que ya habían pasado por eso hacía unos años. No podía esperar que llegara la mañana siguiente.

Fue el primer día de una relación que duraría muchos años. Levantarse temprano, hacer tareas, luchar para entender temas complejos.

ajedrez
Es difícil decidirse a dar el primer paso.

La reacción de mis papás ante mi euforia fue más bien de silencio. Ellos sabían más que yo. Llegó por fin el día siguiente. En cuanto llegué a la escuela me di cuenta de que algo había cambiado en 24 horas. Las sonrisas y bienvenidas habían desaparecido. La actitud de la maestra había cambiado. La realidad de lo que venía se descubría ante mis ojos.

Me senté. El gis rechinó en el pizarrón mientras el yeso imprimía, sobre el fondo verde, una importante inscripción. . .

Siempre se comienza desde cero

Hace apenas dos entradas mencioné la importancia de dar pequeños pasos en la realización de proyectos. Esto me hizo pensar que tal vez estoy siendo repetitivo. Pero analicé la situación y no: los artículos se complementan uno al otro.

Entonces me tomaré la libertad de ampliar el tema. Hoy no solo hablo de llevar a cabo grandes proyectos. Analizo la importancia de implementar pequeños pasos que nos lleven a mejorar diferentes actividades en lo más rutinario de la vida.

Constantemente nos encontramos ante hojas en blanco. Nos enfrentamos a situaciones desconocidas. No sabemos por dónde empezar. Sería completamente innecesario e ineficiente hacerlo desde cero. No es necesario inventarlo todo. Se vale copiar y tomar ejemplos. Sin embargo, el principio es siempre difícil.

Una buena noticia: el comienzo es más fácil de lo que parece. Y se enfrenta dando pequeños pasos. Después de un tiempo, el resultado supera cualquier cosa que nos hubiéramos imaginado.

Sorprendentemente pequeños…

tenis viejos
Con unos zapatos bien andados, cada paso se disfruta más

Recientemente descubrí algo que me abrió los ojos: el valor y la importancia de la simplicidad. Perdí mucho tiempo durante años tratando de implementar complejos procesos para mejorar mi vida. Ante la grandeza de lo que me ponía, aparecía la sombra que me ha seguido siempre: la desidia.

Usar complejas soluciones ante grandes problemas es difícil. Más bien, es una receta para el fracaso. Los resultados se demoran y, cuando aparecen, son muy lentos. No van en proporción con el esfuerzo realizado. Al final, nos damos por vencidos.

En cambio, dando pequeños pasos, los resultados son visibles desde el principio. Muy pequeños, casi imperceptibles, eso sí. Pero notar el progreso nos motiva a continuar. Entonces damos más pasos y los cambios se vuelven obvios. Una vez rota la inercia es más fácil ganar momento. Es entonces cuando se superan las expectativas.

…Y escurridizos

Analizando los logros que me han dado satisfacción encontré un patrón: sus bases son casi imperceptibles. ¿Por qué? Porque se dan con hábitos que están bien arraigados. No los notamos porque están en piloto automático.

Esta es la importancia de los pequeños cambios. No importa saber exactamente qué vamos a hacer con ellos. Lo importante es que sean positivos. No importa qué. El resultado será siempre bueno. Se cosechará lo sembrado.

El tema de las diez ideas diarias se repite en este blog hasta el cansancio. Es un método que me ha dado excelentes resultados. Me ayuda a pensar afuera del cuadro. Me obliga a sacar fuerzas de flaqueza, a hacer un esfuerzo extra. Algunas de esas ideas, sin aparente relación entre sí, han sido el principio de grandes cambios y buenos proyectos.

vista al mar
A veces lo mejor es sentarse y, contemplando el paisaje, analizar los buenos pasos que se han dado.

Pequeños pasos, resultados sorprendentes

Hay muchas cosas que no hago correctamente.  Por eso, hace casi tres años, decidí atacar de frente algunos problemas que empezaba a notar en mí. Aparentemente no son críticos. Esto los hace casi imposibles de detectar. Pero me di cuenta de que sus consecuencias dejarían, inevitablemente, huellas permanentes.

Sabía que tenía que cambiar pero no sabía cómo. La solución fue disparar al aire. A algo le pegaría. Y así fue. Viendo resultados positivos, me dediqué a leer sobre temas que parecían ridículos. Esto trajo resultados positivos. Pude eliminar algunos malos hábitos, cambiándolos por otros buenos.

Sin entenderlo bien, empecé a ver que algunos de los cambios deseados se hacían realidad. Antes hubo deterioros imperceptibles. Ahora, tres años después, puedo distinguir una metamorfosis positiva. Y lo mejor es que ni dolió. Aparentemente los pequeños pasos son en realidad muy poderosos.

Todo esto apenas ha sido el comienzo. Me falta demasiado pero al menos ahora estoy consciente de que es posible.

Ejemplos:

  • Durante más de veinte años sufrí constantemente de acidez estomacal. Con un vaso de agua con limón y una manzana al día, llevo dos años y ocho meses libre de agruras.
  • Bajé de peso, y lo he mantenido, dando pequeños pasos: correr, incrementar la actividad, ser más consciente de la cantidad y la calidad de la comida.
  • Pasé de cansarme constantemente a correr 10 kilómetros al día. El pequeño paso: poner a andar la caminadora en el gimnasio de un hotel.
  • Mi interés sobre el tema de finanzas personales empezó con una simple búsqueda en DuckDuckGo*:  “Cómo invertir”.
  • Pasé de un oscuro pesimismo a ver la vida desde otro punto de vista solo cambiando mi forma de pensar.
  • Con pequeños pasos, voy camino a una vida más simple, con menos pertenencias y redundancias.
  • He aprendido cosas nuevas escuchando a los demás. El primer paso es muy simple: callar y dejar hablar.

 

Conclusión

Cada cambio positivo es como ganar una pequeña batalla. La guerra se librará durante toda la vida. No acaba. Pero sin implementar pequeños pasos para mejorar, la derrota está garantizada.

paso en Loreto
¿A dónde nos llevarán tantos pasos que damos en la vida?

Hasta ahora he visto buenos resultados. Esto me motiva a seguir experimentando. Impondré reglas simples que me ayuden a encontrar el camino correcto. De ahí, a través de un proceso de mejora constante, trataré de perfeccionar lo logrado.

El gis rechinó en el pizarrón mientras el yeso imprimía, sobre el fondo verde, una importante inscripción: “a, e, i, o, u“. El festival y la bienvenida del día anterior era historia. A partir de ese día todo sería negocio serio, hasta hoy.

Ese día la realidad del sistema escolar se manifestó como cubeta llena de agua helada. Pero hay que dar crédito donde se merece. Acepto que las letras que aprendí en mi primer día de clases fueron cinco pequeños pasos que ayudaron a sentar las bases de una vida alegre y llena de aprendizajes.

Nota

* En los últimos años, la mayoría de las búsquedas de internet las hago a través de este buscador.

8 respuestas a “
Pequeños pasos, resultados sorprendentes

  1. Pequeños pasos que llevan a grandes logros: un buen apredizaje deja tu artículo de hoy. Todo lo queremos arreglar de golpe y nada logramos. Poco a poco, los resultados llegan. Te felicito.

  2. Muy cierto. Me ha pasado que, ante un proyecto que me importa mucho, o un problema que me preocupa, me pongo de “sofisticada” y se me enreda la cosa. Mejor es parar un momento, a lo mejor la solución es muy sencilla y está ahí mismo, delante de mis ojos.
    Y cambiar pequeños hábitos, día a día, con constancia, siempre va a dar mejores resultados que los cambios drásticos que no duran ni una semana.

  3. Es muy cierto, paso a pasito se llega lejos. Hay que tener mucha paciencia. Y muy tierno el niño distraido. Muy bonito tu blog. Felicidades

  4. Grandes verdades. Simplicidad. Pequeños pasos. Grandes resultados. Es como si fuera producción en serie: antes de pasar a b hay que terminar a y luego seguir con c. El artículo de hoy deja muchas buenas enseñanzas. Gracias y felicidades.

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