El poder que da el conocimiento

“Te llaman”, dijo mi mamá. En los ochenta (y antes) el teléfono estaba en la sala, conectado a la pared (¿se acuerdan?). Lo compartía toda la familia. Cuando sonaba, cualquiera lo contestaba. Después de una pequeña plática se entregaba el auricular al destinatario. En ese momento no estaba yo para llamadas. Estudiaba para un difícil examen que tenía al día siguiente. “Voy a tu casa ahora mismo” y colgó. Necesitaba adquirir el poder que da el conocimiento. No era hora para recibir visitas.

Ya había hablado antes de mi profesora de literatura de la Preparatoria *. Gracias a ella la lectura es una de las partes más importantes de mi vida. Como mucha gente, sin embargo, tenía un lado oscuro: sus exámenes eran casi imposibles. No eran cuestión de honor. La meta era pasarlos con algo de dignidad.

En aquellas épocas el tráfico en la Ciudad de México era tolerable. Unos minutos después de la llamada llegaron dos amigos: el que me había llamado y otro más. ¿Cuál era la urgencia? ¿Qué era más importante que la preparación del examen?

El instante en el que me enseñaron lo que había en sus manos mejoró mi humor. Éramos propietarios de lo más importante que podía existir en ese momento. Teníamos la llave. Era nuestro el poder que da el cocimiento . . .

El poder y el conocimiento son relativos

Me contradigo constantemente en este blog. Me quita el sueño pensar que los amables lectores pierdan la fe en mi cordura. Por un lado, trato de dar un mensaje positivo. Por el otro, defiendo la improductividad, relaciono el estrés y el caos, adjudico complejidad a la simpleza y busco incesantemente la imperfección. ¿No es mejor hacerlo todo más fácil? ¿Por qué tienen que pasar ocho meses para poder bajar de peso?

La razón de tantas contradicciones es que no todo es claridad. No existen respuestas precisas y directas. Todo se contradice y a la vez se relaciona. No hay soluciones instantáneas. Dicho esto haré la siguiente declaración: el poder que da el conocimiento es relativo. Me explico a continuación.

El conocimiento como instrumento de poder

En ocasiones la búsqueda del conocimiento tiene como objetivo el poder. ** Otras veces es la ventaja competitiva sobre otros. Cuidamos con celo lo que sabemos, como si fuera lo más valioso. Nos volvemos egoístas. Esto pasa cuando no entendemos el poder que da el conocimiento.

Vemos noticias todo el día. Guerras y ataques se desenvuelven frente a nuestros ojos. Urge ser los primeros en saber. Nos creemos dueños de la información. Este es un problema también. Por supuesto debemos enterarnos del estado del mundo. Pero no necesitamos más de unos minutos. Creo firmemente que el periódico del día siguiente es la solución.

Propongo multiplicar el conocimiento. El tiempo ahorrado en las noticias se puede dedicar a leer libros y aprender temas interesantes e importantes.  Entonces debemos hacer todo lo posible por compartirlo con el mayor número de personas. Hay que transmitirlo con urgencia. Debe ser contagioso.

El poder que da el conocimiento

Es cierto que el conocimiento como herramienta de poder y competencia puede ser válido en algunos rubros. Pero son casos muy específicos que no incluyo en esta entrada. Aquí hablo de la vida en general. Mi intención es transmitir un mensaje positivo. Es importante que ayude a crecer y compartir. Dar al mismo tiempo que recibimos.

El poder que da el conocimiento busca lo que especifico en el párrafo anterior. No lo que la mente tiende a relacionar con el concepto, que es el poder de un dictador, de un ejecutivo o de un policía.

Día con día intento leer y aprender sobre diferente temas. Se me ocurre algo e investigo más al respecto. Lucho por entender temas que me parecen imposibles. Trato de obtener más información. No importa de qué. Estoy convencido de que en un momento todo se relacionará entre sí y tendrá sentido. En ese momento tendré poder, pero de otro tipo.

Puede ser la capacidad de finalmente abrir un negocio, o simplemente de disfrutar del conocimiento. Llegará a ser un complejo sistema en el que temas aparentemente no relacionados tendrán mucho en común. Estoy convencido de que en algún momento todo esto que estoy tratando de absorber día con día traerá los resultados que llevo años buscando. Tal vez me lleve toda la vida pero vale la pena.

Conclusión

Alimentar el alma con conocimiento es tan necesario como alimentar el cuerpo. Esto trae consigo una gran responsabilidad. Es como tener energía nuclear en nuestro poder. Se puede usar para el beneficio de otros y de nosotros mismos. Pero también es posible manipular a otros y caminar sobre sus cabezas.

Propongo la adquisición del conocimiento aunque en el momento no conozcamos su utilidad. Pasar menos tiempo viendo noticias y más leyendo libros, sin importar el tema. Desde la novela más melosa hasta tratados científicos nos darán algo nuevo que aprender. En algún momento todo se relacionará y tendrá sentido. Las piezas embonarán como por arte de magia.

. . . En nuestro poder estaba el difícil examen del día siguiente, sin resolver. Mi amigo lo consiguió. No me explicó cómo y yo no le pregunté. El resto de la tarde se fue en buscar las respuestas. De verdad era difícil. Múltiples tomos de la enciclopedia estaban abiertos (no había tráfico, pero tampoco Wikipedia). Al menos aprendimos algo.

Al día siguiente me senté, seguro de mí mismo. Resolví el examen con algunos errores predeterminados y perdí tiempo deliberadamente.

No me siento orgulloso de lo que hicimos. No resolvimos el problema de la manera apropiada. Me siento mal por los otros compañeros, que sufrían mientras trataban de entender lo que estaba ante ellos. Ese día el conocimiento nos dio poder, pero no el adecuado, porque el poder que da el conocimiento se debe aplicar con objetivos positivos.

Nota

* Preparatoria, o “Prepa”, en México, es el bachillerato.

** La palabra poder tiene varios significados. En el artículo intento cambiar el significado que percibimos cuando decimos que el conocimiento es poder.