Un giro del destino me hizo ver, en 1988, con una gran suma de dinero. Esto desde el punto de vista de un muchacho de quince años, al menos. Pero estaba feliz con mi pequeña fortuna. ¿Me lo gasté en algo inútil? De ninguna manera: la decisión fue invertir en libras esterlinas. Aquel muchacho, que ni siquiera sabía cómo protegerse de una crisis bursátil, estaba entrando al mercado de divisas. Se estaba diversificando.
Estrategias bursátiles de un aficionado
¿Hay relación entre el ejercicio y mis estrategias bursátiles? Por azares del destino, sí. La combinación de eventos aparentemente ajenos entre sí puede traer resultados sorprendentes. Gracias a la historia que cuento a continuación decidí empezar a leer ávidamente temas diversos. Sé que un día todos se van a entrelazar y me ayudarán a ver la vida con más claridad. Me explico:
La magia del interés compuesto
No entendía qué podía tener de positivo la destrucción de un juguete que llevaba mucho tiempo en mi cuarto. Para colmo, se suponía que debía estar contento. Mi mamá me trataba de explicar pero yo no entendía. A mis escasos cuatro años de edad, el milagro del ahorro y la magia del interés compuesto eran conceptos completamente ajenos a mí.
El edificio de las finanzas personales
Bajo los efectos de la cafeína todo parecía más atractivo de lo que realmente era. Mi ignorancia de cómo se construye el edificio de las finanzas personales no me ayudaba. Pensaba que ante mí había una buena inversión. Además mi interlocutor era buen vendedor. Estaba yo en desventaja. La historia que cuento a continuación se remonta al año 2010. Hagamos un viaje al pasado.
Bitcoin: un paseo por la montaña rusa
En casa hay un desordenado cuarto que se puede considerar mi oficina. Dicho espacio ha sido la fuente que ha dado luz a grandes proyectos, incluido este blog. Hace unos años, la escena recordaba al laboratorio de un científico loco. El ruido era intolerable. El calor, indiferente al viento generado por el constante uso del aire acondicionado. Tres computadoras operaban las 24 horas al 100% de su capacidad. El consumo eléctrico era excesivo. El polvo se impregnaba en sus inútiles ventiladores. ¿La razón? Se llevaba a cabo una operación de minería de Bitcoin.
La fachada de las finanzas personales
Nunca olvidaré el día en que recibí mi primer sueldo. Fue una sensación irrepetible. Mi ingreso actual es más sustancioso que el de ese día. Sin embargo, nunca volví a sentir la misma alegría de aquel día al recibir mi salario. El mundo ha cambiado. En ese entonces recibía un cheque. Ahora recibo un mensaje en mi teléfono informándome de la transferencia de mi sueldo a mi cuenta corriente. La emoción no era por el cheque en sí, sino por lo que representó. Ese día empecé a construir la fachada de lo que esperaba serían unas bien merecidas vacaciones.
Estructura en las finanzas personales
Todo parecía estar en orden. Un buen trabajo, un lugar donde vivir. Empezaba las responsabilidades familiares con el pie derecho. Me visualicé desde un ángulo diferente y me sentí orgulloso de lo que vi. Error: cuando veo perfección en mí, es momento de una inevitable lección de humildad. Sin una estructura en las finanzas personales que soportara un gran peso, el castillo de naipes se colapsaría en cualquier momento.
La inevitable plática padre-hijo
Diré la verdad: me sentí agobiado. ¿Cómo pude dar tan importante consejo, tan a la ligera y sin pensarlo más de un instante? Mi cuñada me agarró en un momento de optimismo. Para colmo pasó dos veces, no una. Después de haber ofrecido tales consejos, me queda una pregunta: ¿Qué pasará cuando llegue la inevitable plática padre-hijo? No lo sé. Por eso creo que lo más sensato es prepararme desde hoy.
Finanzas personales libres de grietas
La verdad no lo recuerdo. Sin embargo, hay testimonios de que en mis primeros años de vida fui un poco diferente a otros bebés. No les hice las noches imposibles a mis papás. Aparentemente las horas en que despertaba llorando eran bastante accesibles para los adultos. Me han contado, incluso, que cuando ya era capaz de caminar por mi cuenta, llevaba a mi mamá de la mano para que me acostara a las 7 de la noche. Desde esa hora dormía, sin parar, hasta la siguiente mañana. Mis condiciones de sueño estos días no son tan óptimas como en aquellos años mozos. Sin embargo, las finanzas personales libres de grietas me han ayudado a gozar de un sueño pesado.
Mis consejos para los negocios
Hoy empiezo con una solicitud contradictoria: No hagan caso a mis consejos para los negocios. ¿Por qué? Basta una pequeña introducción a mi experiencia como hombre de negocios. Entonces se podrán dar cuenta de que el presente artículo es más bien una forma de pensar en voz alta. Estoy seguro de que un buen número de mis lectores están al frente de empresas exitosas. Ellos están en mejor posición de darme consejos que de recibirlos. Sin embargo este es mi blog y puedo escribir en él lo que me venga en gana.