Recuento de las vacaciones de verano

Estamos a un día del regreso a clases. Lo sé. Es raro que empiecen el miércoles pero así es este año. Son lejanos los tiempos en que escribí sobre los pendientes del verano. Hoy, más de dos meses después, hago un recuento de las vacaciones escolares, en estos momentos moribundas. El reporte llevará menos tiempo de lo esperado. Sigan leyendo, por favor. No se desanimen.

Nido
La familia llegó por fin al nido.

El día de ayer el aeropuerto fue testigo de la reunión familiar. Fue emotiva. No sobró la conversación durante el trayecto a casa. La plática continuó hasta horas avanzadas de la noche. Pasaron más cosas de las que pensé, a pesar del relativamente corto período.

Hoy ha sido un día relajado. La misión del autor de este blog fue hacer imposible la vida de las víctimas del jet lag. Mi arma fue una rica taza de café. La reacción, como era de esperarse, fue hostil pero necesaria. Es importante que los niños estén frescos en su primer día de clases.

Yo estoy acostumbrado al horario local y eso hace la situación más llevadera. Cuando uno se levanta temprano es más fácil que los demás lo hagan. Sin embargo se respira un aire tenso y de preocupación. ¿Qué va a pasar mañana que se tienen que levantar a las 6 de la mañana?. . .

Grandes pendientes…

Este recuento de las vacaciones que acaban se remonta a finales de junio. Entonces viajé, terminando mis vacaciones, para regresar a trabajar. La familia se separó temporalmente pero todos quedamos en excelente compañía. ellos con abuelos, papás, tíos, primos, hermanos, etc.

En mi caso, alguien me esperaba con ansias. Nieve dio algunas señales de alegría cuando me vio llegar. Segundos después regresó a su normal e indiferente comportamiento felino. Aún así nos dimos buena compañía en tiempos de soledad.

Al llegar enfrentaba grandes e importantes retos. Había un sinnúmero de actividades por hacer. Los proyectos pendientes eran relevantes y trascendentales. Aprovecharía el silencio y la soledad para llevar todo a cabo. Mis armas eran la creatividad y muchas ganas.

…Pero poca actividad

Este recuento de las vacaciones de los niños, en su último día, no tiene mucho que ofrecer. Podría poner pretextos: trabajé más de lo normal, hacía calor. No haré uso de ellos, sin embargo. La realidad es que no aproveché el tiempo disponible.

Tenía una extensa lista de pendientes. Ni siquiera rasqué la superficie. El tiempo pasó volando. De repente ya era agosto. No importaba: faltaba todavía un mes. Antes de lo esperado ya era el día de hoy.

En los momentos más desesperados, ante mi imposibilidad de empezar a hacer algo, acudí a la sabiduría infinita de Nieve. Le pedí su opinión. Entendí su respuesta, “miau”, como un permiso ilimitado para seguir con una actitud desobligada. No tengo pretexto pero al menos hay a quién echarle la culpa.

Nieve
“Miau”. Este recuento de las vacaciones no estaría completo sin una foto de gatos. Dan popularidad en Internet.

Cómo me siento al respecto

Para ser sincero, no tengo pena de reportar en este recuento de las vacaciones que fui improductivo. A veces es necesario tomar un receso ante las actividades y la rutina vividas en lo más pesado del año escolar. La escuela es tan pesada para los niños como para los papás.

Me siento un poco mal por no haber realizado grandes empresas y proyectos. Por otro lado no tengo mucho remordimiento. El descanso es tan necesario como la actividad. Si bien podría haber combinado ambas, la desidia tuvo un papel importante en los dos últimos meses.

Por otro lado, y por alguna extraña razón, estoy satisfecho. Me perdono por mis faltas. No tiene caso entrar en un conflicto interno por algo que puedo solucionar en los meses que vienen.

Los grandes pendientes

Semanas antes de aquel viaje lleno de sucesos, escribí diez ideas de lo que quería lograr en el verano. Comparto a continuación lo que no se consiguió:

Quedaron pendientes pero eso no quiere decir que así estarán para siempre. Sacaré fuerzas de flaqueza para llevarlos a cabo en los meses venideros.

Recuento de las vacaciones de verano

El verano se pasó volando. Quedaron muchas cosas por hacer. Pero no me siento mal. Pude descansar y reponerme. Esto me ayuda a estar listo para enfrentar los retos que vienen. Trabajé más de lo pensado y eso, sin ser pretexto, influyó en los resultados.

Lo anterior no quiere decir que me la pasé rascándome la barriga. Ahora, en un tono más positivo, comparto lo que sí hice:

  • Saqué una cuenta en la biblioteca local. Seguiré leyendo al mismo ritmo sin llenar la casa de libros.
  • Mantuve la casa relativamente ordenada, algo raro en mí.
  • Llevé mi coche a su servicio regular, cuando “solamente” se había pasado por 800 kilómetros.
  • No abandoné el ejercicio y otros hábitos como leer y escribir a diario.
  • Descansé y me repuse.
planta medio seca
La parte seca representa lo que faltó. La parte verde lo logrado. Hubo de ambas.

Conclusión

Este recuento de las vacaciones  es honesto y lo ofrezco sin pena. No logré todo lo que me propuse ni fue el período más productivo de mi vida. Pero a veces el descanso es necesario. Hubo, eso sí, algunos pequeños logros que celebré con alegría. Me siento tranquilo y sin remordimiento.

Algo importante es que mantuve los buenos hábitos. En ese sentido fue un verano muy productivo. Hay períodos en los que no llega la creatividad. En esos momentos hay que seguir con una buena rutina. Todo irá tomando forma poco a poco.

. . . Normalmente, tras los puntos suspensivos sigue el final de la historia. Dada mi imposibilidad de predecir el futuro ofrezco dos posibles desenlaces:

  1. Se despiertan los niños a las 6 de la mañana, frescos. Después de tender su cama bajan a desayunar (ayudando a su mamá, por supuesto). Suben, sin que nadie les insista, a lavarse los dientes. Entran al coche en espera de que su mamá los lleve a su primer día de clases.
  2. Víctimas del jet lag, se levantan a las 6 después de haber dormido solo un par de horas. Hay drama y demoras. Todos están de mal humor. Parece que llegarán tarde; llegan justo a tiempo. La situación es tensa. Al final pasan un día agradable en compañía de sus viejos amigos.

Desafortunadamente el trabajo me impide estar presente para ser testigo del desenlace, aunque creo que tengo una idea de lo que va a pasar.

12 respuestas a “
Recuento de las vacaciones de verano

  1. Gracias por compartir tus sentimientos y pensamientos de tus vacaciones , ahora a seguir gozando el día a día de las no vacaciones

  2. Con haber conseguido descanso es más que suficiente. Ya llegará el momento para salir de los pendientes. Suerte con el primer día de clases. Presiento que a los niños no les va a costar mucho adaptarse al horario. Fuerza para la mamá. Emotivo tu artículo. Te felicito.

  3. Pues fue un buen verano. Descansar también es necesario. Entregarse un poco a la desidia puede abrir la puerta a nuevas ideas.
    Espero que les haya sido leve a los que tuvieron que levantarse a las seis de la madrugada con jet—lag. Ya nos contarás.

  4. Hola Alejandro, a veces parece que pasamos días o temporadas improductivas, pero con el tiempo cambia la perspectiva… a mejor!

  5. Recuerda que eran vacaciones y es válido darse el gusto de dejar un ratito los pendientes, además no dejaste tus buenos hábitos.felicidades, porque todo vuelve a la normalidad.

  6. Muy ameno el asunto de las vacaciones y el regreso a la calma de la casa acompañado de la fiel Nieve. Temas muy serios tratados con una muy simpática y necesaria ligereza.

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